Un down round es el término que se utiliza para referirse a una ampliación de capital en la cual el valor de la empresa es inferior al de la última ampliación. En el mundo del emprendimiento, hacer un down round es algo que se ve como último recurso. Bajar la valoración es reconocer que, con la última inversión que hicieron los inversores, no solo no has creado valor, sino que lo has destruido. Esto te coloca en una difícil situación para convencer a nuevos inversores.
Normalmente, estas rondas de financiación a la baja son cubiertas por los inversores que ya están dentro, y que para evitar perder su inversión previa, vuelven a poner dinero, pero exigiendo ajustes que hagan viable a la empresa. Esto último parece ser lo que ha sucedido en Paack.
Paack consiguió 200 millones de euros en 2022, a una valoración de empresa que se estimaba en unos 800 millones de euros. En la era pos-COVID, con valoraciones de startup estratosféricas y con un crecimiento del e-commerce que parecía no tener límite, Paack consiguió una valoración que la colocaba entre las startups más valoradas en España.
Sin embargo, valoraciones tan altas en empresas que todavía no son rentables, suelen implicar asumir un alto riesgo, en especial para los fundadores. Cuando un inversor entra a estas valoraciones, es porque hay unas expectativas y unos compromisos, que si no se pueden cumplir, dejan en una muy mala posición a la empresa.
Normalmente, estás empresas necesitan tantos fondos porque pierden mucho dinero, dinero que destinan a crecer lo más rápido posible. Pero, el inversor que entra quiere mantener o acelerar el crecimiento, es decir, no quiere que se reduzca el nivel de gasto. Toda su rentabilidad está basada en unas expectativas muy elevadas de crecimiento. El crecimiento rápido te permite conseguir fondos de inversores, fondos que puedes gastar en crecer más rápido. Círculo virtuoso y arma de doble filo…
Si no cumples con el crecimiento prometido, sea por la razón que sea, te encuentras en una posición muy comprometida. Tu empresa pierde mucho dinero todos los meses y nadie quiere poner dinero, porque sin cumplir objetivos, no hay previsión de rentabilidad. Como no entran fondos externos, tienes que recortar gastos que reducen el crecimiento aún más. Así el círculo virtuoso se convierte en un círculo vicioso.
En esta situación, una de las salidas más comunes es que los propios inversores, que no quieren perder el 100% de la inversión, acepten que esos crecimientos no van a darse. En este nuevo escenario, realizan una inversión para ejecutar un plan de empresa que haga a esta sostenible, es decir, que no necesite más dinero externo. Desde el punto de vista del emprendedor, esto implica que va a entrar dinero para salvar su empresa, pero que su porcentaje se va a reducir drásticamente.
Esta parece ser la situación de Paack. Según se ha publicado, la empresa ha realizado un ERE en el que prescinde de casi la mitad de la plantilla y han elaborado un nuevo plan que cancela la expansión en varios mercados internacionales. Para rescatar a la empresa, se aprueba una inversión de socios actuales por unos 21 millones de euros, que colocan la valoración de la empresa por debajo de los 100 millones de euros. Además, el año pasado se llevó a cabo otra ronda interna y de deuda de 45 millones de euros, y no sabemos y existen cláusulas anti-dilución que hayan diluido aún más a los fundadores.
¿Hizo bien Paack en aceptar tanto dinero a una valoración tan alta? No lo sé, depende de la oportunidad y de la filosofía del emprendedor. Se asumió un riesgo que en este caso parece que no ha salido bien, pero eso no quiere decir que fuese una decisión incorrecta. Si hubiesen crecido de una forma más pausada igual, ahora la situación sería mejor, pero no lo sabemos. Puede que el mercado estuviera consolidándose y o te convertías en uno de los 2 o 3 ganadores o estabas fuera. Tal vez los fundadores no querían dedicar décadas a hacer crecer el negocio, sino que su filosofía era hacer algo grande lo más rápido posible y, por lo tanto, asumieron el riesgo.
En cualquier caso, siempre me gusta recordar, que cuando se publica un valor de empresa y una cifra de inversión, recuerdes que solo son dos números dentro de un acuerdo de inversión de decenas, cuando no cientos, de páginas.